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FORMAS DE OLVIDAR -

Luz Cónsoli, Valeria López Muñoz, Gala Sueldo, Carmela Caballero

 Diciembre de 2016 - ANSIA galería, La Plata

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TEXTO CURATORIAL

por Celeste Gauchat

Quien recuerda no es otra cosa que un guardián de vestigios.
Distintas formas de olvidar: 
Hacer coincidir las salientes del cuerpo con la sombra en un abrazo.
Despertar y sacudir las migas de la voz para descubrir un hablar niño y dejarlo crecer.
Superponer paisajes, personas, cosas, para proyectar lo que se esconde en los intersticios y revela algo que excede la suma de las partes.
Recuperar instantes para diseccionarlos en unidades mínimas y urdir su fugacidad para tejer la experiencia.
Construir la memoria presupone que hay otros; como mínimo la propia persona a través del tiempo. Construir el olvido es, en cambio, una tarea individual. Podríamos pensar que, al seleccionar unos hechos por sobre otros con la ilusión de que arrojen cierto sentido a lo que no lo tiene, la construcción de la memoria actúa destruyendo la experiencia, dejando en su lugar un montón de despojos que vienen a ser señuelo de algo más, precisamente de aquello olvidado. Pero el olvido y la memoria no son opuestos sino anverso y reverso de un mismo papel. Recordamos para conjurar la memoria y que al fin reine el olvido, para evadir la quietud del que se acuerda, condición necesaria para seguir viviendo. 
Quizás de lo único que deberíamos acordarnos es de olvidar.

(videoinstalación combinando dispositivos digitales y analógicos - medidas variables)

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